jueves, abril 24, 2008

¿Quién alegra a los que alegran?


Iba a ser una gala para recaudar fondos para ayudar a una compañera de cuentacuentos a sobrellevar una enfermedad.

No llegó a tiempo. Se convirtió en una suerte de funeral.

Ana.
Contadora de cuentos. Más Maga. Sobre todo Payasa.
Mágica payasa.
Trabajaba haciendo reir a niños, adultos y a quien quisiera una risa.

Colaboradora habitual de Payasos Sin Fronteras.


¿Sabeís el chiste ese del hombre que le dice al médico que esta triste, muy triste y que no puede reir?
El médico de dice: Pues vaya a ver al payaso xxxx, que es el mejor del mundo y es capaz de hacer reír a cualquiera.
El hombre contesta: Yo soy el payaso xxxx...

Algo así fue en lo que se convirtió la gala,ya no se iba a recaudar fondos para ayudarla en su enfermedad, ahora era para ayudar a sus dos hijos.

Allí nos fuimos congregando conocidos, compañeros y amigos suyos.
La sala se llenó. Muchas sonrisas, pero más gestos tristes y compungidos.
Ahí estaban sus compañeros y amigos, los payasos, tristes.
En las pantallas de televisión fotografías de Ana, de sus actuaciones, de sus misiones con Payasos Sin Fornteras.
Yo no podía dejar de preguntarme:
¿Quién alegra a los que alegran?


"Petunia" haciendo de regidora. Con el estress que le caracteriza.
"El bala" haciendo de maestro de ceremonias presentando a los artistas.
Pepe, Agustín Fuman y muchos otros...
Empieza la gala con recordatorios de Ana.
Payasos.
Magia.
Malabares.

Artistas veteranos, artistas nóveles, todos intentando ponerse la máscara al subir al escenario.
The show must go on.

Al poco de empezar la gala volvieron a dominar las sonrisas sobre los gestos tristes.

Tras las casi dos horas de espectáculo, lo que más me impresionó fue la cara de una niña de unos 7 años.
Estaba un mago a punto de cortarle la mano a otra niña, y la niña que os digo se tapaba la cara con sus manos, como no queriendo ver, pero a la vez separaba los dedos para poder verlo debido a la fascinación que le producía lo que iba a suceder en el escenario.

Seguramente esas caras de alegría y fascinación vistas una y mil veces en cumpleaños, hospitales, campos de refugiados en Palestina, Indonesia, o el Sáhara sean lo que hizo que Ana siguiera en activo hasta que la enfermedad se lo impidió.

Esa cara en definitiva fue lo mejor de la noche.

Te recordamos Ana.

viernes, febrero 15, 2008

Decepciones

Desde que me mudé a mi casa, he empezado a usar el transporte público unas dos horas y media al día.



Me he pasado 4 años yendo a trabajar andando.



El caso es que para aliviar el aburrimiento de los largos trayectos en el metro he vuelto a leer libros de bolsillo.



El último que he leído ha sido:

"El último mohicano", y me ha dejado una sensación extraña.



Con otros libros como "Los tres mosqueteros", "Frankestein", "Drácula"...

Vale, puede que no me guste la forma de escribir esas novelas, pero es la forma de la época, al menos me suelen gustar más los libros que las películas, sobre todo por las diferencias que hay, ya sabeís, en las películas hay que poner amor donde no lo hay, hay que quitar personajes...

Son adaptaciones.





Con "El último Mohicano" me ha pasado lo contrario.



Es una de esas historias que vas viendo desde pequeño.

3, 5, 10 versiones...



Y la historia que cuentan es buena.

Luego llegó la versión de 1992.



Y me encantó.

Es de esas películas que me gustan por los 5 costados.


La semana pasada decidí animarme a leer la novela para disfrutar del libro.

Y claro, fui viendo las diferencias con las películas, sobre todo con la última.


Los personajes con menos grises que en la película, ya sabeís, los blancos son torpes menos el prota, los indios portagonistas son maravillosos, las mujeres son sólo una excusa, sobre todo la menor. El mayor y el padre de las mujeres no pintan casi nada en el libro (vale, en las películas pintan poco más).


Pero no me esperaba una diferencia tan brutal entre los desenlaces del libro y de la película.


Probablemente el final del libro sea el más lógico, pero me gusta más el de la película.


Me gusta más la película.



El libro me ha decepcionado bastante al hacer la comparación, cosa que con los otros libros no me suele pasar.


He decidido que voy a volver a verme la película de nuevo para volver a pillar el buen sabor de boca.



Es más me estoy planteando el no volver a leer un libro que haya servido de base a una película que realmente me haya gustado, dejar de leer novelas de aventuras del siglo XIX...



Me queda por leer "Las cuatro plumas", que ya la tengo en mi casa, no sé si después de esa volveré a leer en breve alguna de las clásicas novelas de aventuras del siglo XIX o XVIII...
Suerte que no recuedo una pelicula sobre esta novela que me haya gustado especialmente.




Una pena.

viernes, enero 11, 2008

Otro año más

Bueno, ya sabeís, otras Navidades.

Estas Navidades han sido más de lo mismo, lo más notorio ha sido la San Silvestre.
No os voy a contar nada que no haya contado antes, salvo el detalle de que este año se me ha vuelto a olvidar la vaselina para los pezones...