
Hace poco que celebré mi cumpleaños junto con otros cuatro amigos.
Como es lógico a la fiesta iban a venir muchos amigos y conocidos, otro año hicimos que fuese una fiesta de disfraces, pero este año no teníamos muchas ganas, aunque a última hora yo decidí "disfrazarme".
Me "disfrazé" de mafiosillo italino, ya sabeís, me puse mi mejor traje negro con mi mejor camisa negra, y zapatos y corbata a juego, también negros, como mi pelo :).
Sólo me faltaba mi larga melena negra, aquella que dejé hace dos o tres años en una peluquería ante la atónita mirada de una ayudanta de peluquera de 18 años, en aquel momento me dí cuenta de que fue un error...
Nada más salir de casa, la lluvia, bueno eso era de esperar en esta fechas, pero lo que no me esperaba es que un todo terreno no frenase al pasar al lado de un gran charco justo cuando yo iba al lado.
La primera ducha de la noche.
Como supondreís, me dí la vuelta y me puse a recitarle al conductor toda su ascendencia hasta los tiempos de los griegos.
Mientras estaba en estas, otro coche creyó oportuno emular al anterior y me obsequió con una segunda ducha...
Superado este trance con toda la dignidad posible, me dirigí al sitio donde se celebraba la fiesta.
Qué decir de la fiesta...
Muchos amigos, muchas risas, pero poco tiempo para estar con todo el mundo, hubo mucha gente con la que no pude hablar ni cinco minutos, pero por otro lado pude hablar con alguna amiga con la que no esperaba hablar, de echo varias, y también ví a varios amigos que no pensé que se fueran a acercar.
La noche transcurrió muy alegre, muy animada, hasta que la gente se empezó a ir, nos fuimos quedando cada vez menos gente, al final nos quedamos sólo cuatro golfos buscando sitios que pudieran estar abiertos, encontrándonos con más conocidos, hasta que a las 6 y media de la mañana, decidimos que nos íbamos a casa.
Tras esa noche me pasé casi dos semanas curándome del catarro que pillé...
En cuanto a los regalos del título de esta entrada, sólo decir que el mejor regalo que recibí esa noche, fue el pasar un rato con tantos amigos, pues es mejor regalo siempre ha sido y será su amistad.
Muchas gracias a todos, a los que fueron, y a los que no pudieron, a todos.