
El maldito despetador me despierta como todos los días.
¿Qué hora será?
Hoy me toca levantarme para apagarlo, pues a ayer justo antes de acostarme lo dejé lejos de la cama para obligarme a levantarme.
Me duele todo.
Apago el despertador y vuelvo a la cama sin abrir los ojos, cuando estoy apunto de volver a perderme en los brazos de morfeo me acuerdo del trabajo, hay gente que depende de mi.
Me vuelvo a levantar, una ducha rápida, no me afeito, ni me peino, ni desayuno.
En el espejo no me reconozco, y precisamente por eso sé que soy yo.
En la calle agradezco no haya salido el sol todavía.
Cada paso hacia el trabajo se me hace como una maratón, cada zanja de obras me supone un recordatorio al excelentísmo Alcalde de Madrid...
Me paro en un bar y pido un Red Bull y una cocacola, el camarero sin pestañear me lo pone, veo de reojo su sonrisilla de los viernes, yo no tengo fuerzas para sonreir.
Antes de sentarme en el ordenador de la oficina me acerco al lavabo a refrescarme un poco, me miro al espejo y ahí está.
Sobre el hombro izquierdo, un diablillo rojo, con gafas de sol, cara de no haber dormido en su vida.
En el otro hombro veo un angelote, tambien con gafas de sol, de pie mientras me mira y no dice nada.
El diablillo se cambia de hombro y se apoya en el angelote como un par de amigos de toda la vida.
Los miro a sus gafas de sol, nos sonreímos los tres a la vez y me oigo decir.
'Esta el la última vez que trasnocho entre semana'
Las carcajadas del diablillo y del angelote me acompañan el resto del día.
Lo volveré a hacer. ;)
P.D.:El de la foto no soy no XD