viernes, junio 30, 2006

Síndrome de Stendhal

Puede que decir que lo que me ha pasado esta tarde ha sido un episodio del célebre Sindrome de Stendhal sea exagerar.

Esta tarde ha comenzado como una tarde sin planes, "sólo" tenía que comprarle un regalo a una amiga.

El caso es que luego he hablado con un amigo y por si nos veíamos me he quedado por la zona centro.

Ya sabéis que no me importa perderme por esa zona.

En la maldita "plaza de los cines Luna" una mujer se me ha querido "llevar al huerto", normalmente, las que se lo intentan me dicen algún piropo o algo así. Hay una de ellas, que debía estar francamente necesitada de dinero, directamente me ha cogido de la mano...

Le he dicho que no, que tenía otras cosas que hacer.
En fin deben estar muy desesperadas últimamente con "tanta policía" y crimen que ha habido en la plaza últimamente.

Tras estar mirando tiendas, un paseo por la Plaza Mayor, Sol, y...
El Palacio Real de nuevo.

La música de los músicos callejeros, centenares de ojos andando por las calles.
El olor de los arbustos de la Plaza del Palacio Real, y ...

Un atardecer.
Yo pensaba que hoy iba a ser un atardecer normalito, veía pocas nubes.
Pero cuando he visto ese atardecer...
Me he quedado con la boca abierta, tiritando, sin poder hacer nada más que mirar esa belleza.

Sé que no puedo describir este atardecer, pero lo voy a intentar.

Entre el Sol y yo sólo una nube.
La nube tapando el Sol, así que su centro estaba oscuro, sus laterales rojos de diferentes tonalidades.

En la parte superior la nube blanca brillante, y por encima de la nube el cielo azul, más allá de los laterales de la nube eran anaranjados, supongo que por finas nubes o la polución.

Lo más parecido a lo que me ha sucedido hoy es cuando veo a una mujer realmente bella, pero esto ha sido muchísimo más fuerte.

En definitiva, he echado de menos el tener mi cámara de fotos.

Hoy ha sido un día que ha valido la pena.


P.D.: Como es evidente la foto de hoy no es del Palacio Real, está tomada en un campo de aerogeneradores de Navarra, hace unos dos años en unas vacaciones.
Íbamos en coche y nos salimos de la carretera para sacar una foto como esta, y lo hicimos.
También es bonito.

lunes, junio 19, 2006

Lluvia de letras

Ya ha pasado el fin de semana.

Al final tuve que quedarme en Guadalajara más tiempo del que pensaba.

Según llegué el viernes, tuve un problema con el coche.
Se me rompió el cable del embrague. No sabía que el embrague tuviera un cable :( , la mecánica nunca fue mi fuerte cuendo estudiaba el carnet de conducir.

El caso es que eso me obligó a replantear mi estancia en Guadalajara, pues ya no podía volver a Madrid a dormir el viernes.
Unos amigos me ofrecieron un hueco para dormir en sus habitaciones de un hotel...

Así que una vez solucionado el asunto de dormir de la forma más satisfactoria, pues podría haber intentado mantenerme despierto toda la noche escuchando cuentos, me dediqué a lo que fui, oir cuentos.

En un momento dado un cuentacuentos se puso a sacar gente al escenario, y yo me animé a salir. Me tocó hacer de Rasputín en la actuación de ese cuentista-mago. Al público debió hacerle gracia lo que hice, unos gestos de malo de película barata, pues me reconocían por la calle al día sguiente...
Gracias a esa salida al escenario conseguí mi preciado pin del maratón de cuentos de Guadalajara once horas antes de lo previsto. :)
Después de salir al escenario un par de veces, me limité a oir cuentos hasta bien entrada la noche, como las 4 de la madrugada.
Como siempre en el maratón de Guadalajara pude oir docenas de cuentos, unos muy bien contados, otros mal contados. Vi decenas de cuentistas, viendo a algunos se me abría la boca viéndoles.

Pude estar cara a cara con algunos de los mejores cuentacuentos del maratón de Guadalajara.

El oir cuentos que ya conoces en diferentes versiones, de diferentes cuentacuentos...

Y por supuesto no pudieron faltar las bromas con las traductoras al lenguaje de signos.
De 23 a 01 de la noche, hay un par de mujeres que hacen traducción simultánea a la lengua de signos, y cada año surge una anécdota con ellas.

La más espectacular que me han comentado fue como hace cuatro años.
Un cuentacuentos, se puso a describir una mujer, y la traductora tradujo la descripción del cuentacuentos, hasta que pasado un rato de minuciosa descripción se dió cuenta de que era ella la que estaba siendo descrita. La buena mujer se azoró mucho, la verguenza tardó mucho en bajar de sus mejillas, pero todo el mundo se lo pasó de fábula.

La anécdota de este año fue que mientras el narrador describía a un peluche dentro de una lavadora dando vueltas, hacía un gesto con las manos dando vueltas, miró a la traductora que estaba haciendo un gesto totalmente diferente, se acercó a ella, y desde detrás le agarró las manos y repitió el gesto que hacía él, la traductora no sabía dónde meterse :)

El sábado fue el día en que me tocó salir a contar en el escenario del Palacio del Infantado de Guadalajara.
Conté un cuentecillo para niños, y claro para asegurarse el éxito con la chavalería nada mejor que caca, pedo, culo y pis...

Salí muy nervioso, atropellándome. Pero cuando bajé la gente me dijo que le había gustado el cuento.
Así fue como conseguí el segundo pin, pin que regale a una amiga que no se animó a contar este año...

Por supuesto, fiel a mí mismo, me enamoré unas pocas veces.
Y como es normal en mí observe algunos ojos.
Los ojos más hermosos que ví este fin de semana son los de una niña pequeña, creo que de seis años, eran de color miel.

Eso es lo más importante del fin de semana.
Misión cumplida.

P.D.: Las fotos son de este fin de semana.
La primera es de un charco que se formó con el aguacero que nos cayó el sábado por la tarde, aguacero que luego pasó a ser granizada.

La segunda es del pin que me queda, mi objetivo.

La tercera es el patio del Palacio del Infantado tras la lluvia, se vació y el cuentacuentos se trasladó al escenario auxiliar dentro del mismo palacio.

La cuarta es de una esquina del Palacio del Infantado, me recordó a las torres de los cuentos.

Una de las cosas que más me impresión de este maratón fue una cuentista. Maricuela, es espectacular de buena que es en el escenario.

jueves, junio 15, 2006

Rios de palabras

Casi ha llegado el momento.

Ayer estuve haciendo el ensayo general con los compañeros del curso de cuentacuentos.

El sábado me voy a quitar una espinita que se me quedó clavada en la garganta hará tres años.

Hace tres años me acerqué a Guadalajara por estas fechas, al maratón de cuentos,

Tenía intención de contar algún cuento en el rincón llamado la chimenea, es un rincón dentro del Palacio del Infantado donde se permite contar sin haber pedido hora.

Cuando me metí en la chimenea me encontré con un público aterrador...

Niños.
Docenas de niños, cientos de niños, miles...
Todos con ganas de devorar cuentos divertidos.


El único cuento que tenía preparado ese año era un cuento asesinatos sin sentido, otro de hermanos gemelos y locura...

Me quedé con las ganas.

Al año siguiente me dijeron que podría contar el domingo a las 7 de la mañana, pero claro, la noche del sábado volví de Guadalajara tarde, y quise acompañar a una amiga a su casa, y se me hizo muy tarde. No me desperté en condiciones de coger el coche para ir de madrugada a Guadalajara.

Este año es distinto.

Lo tengo todo preparado.
Tengo las maletas.
Vamos juntos a Guadalajara.
Quiero contar un cuento a rayas...

Este sábado si nada importante lo impide voy a contar en Guadalajara, en el escenario principal del Palacio del Infantado.

Me darán el pin recordatorio (creo).

Y os pondré una foto del pin, de la espina que me voy a quitar de la garganta.

P.D.: La foto es del Palacio del Infantado, desde los jardines que tiene el lado.
Dentro de ese palacio es donde se realizan la mayoría de actos del maratón. También hay pasacalles, conferencias, y otras actividades.

domingo, junio 04, 2006

Lo prometido es deuda

Esta tarde me he acercado por el templo de Debod a pagar mi deuda con vosotros.
No ha sido un atardecer que me haya gustado especialemente.

Como siempre, en los jardines del templo había mucha gente.
Varias parejas de novios haciéndose las fotos para el álbum de la boda.
Jóvenes haciendo botellón.
Policías municipales pasando el rato disolviendo el botellón...
Gente haciendo deporte.
Turistas y no turistas mirando el atardecer.
Alguien aprendiendo a tocar un instrumento musical.
Gente haciendo yoga en grupo.
Un remanso de paz y tranquilidad en esta cuidad.

¿Y qué hacía yo allí esta tarde en vez de ir a una fiesta a la que me habían insinuado que fuera, que con un poco de suerte...?.

Estoy cansado físicamente, sin rumbo, aunque lo estoy intentando retomar.
Dije que no quería bajar a lo profundo del valle. Lo conseguí, no bajé, este viernes me caí rodando por la colina hasta el valle.
Por suerte esta misma mañana he empezado la ascensión otra vez.


PD: las fotos las teneís aquí.